Cuando los mitos vikingos se convirtieron en tragaperras

No busqué hacer otro juego de tragaperras. Creé un ritual. Crecí en Chicago escuchando los brindis de mi abuelo en el sótano, y aprendí que la suerte no es aleatoria—está codificada. Así como los vikingos creían que Odin elegía quién entraba a Valhalla, programo sistemas RNG que no giran dados—pesan almas. Mis juegos no son sobre pagos: son runas talladas en los carretes. Cuando ganas en ‘Sons of Yggdrasil’, no es una victoria—es un eco del Poema Edda. El tambor del ave fénix? Eso es tu multiplicador, no por azar, sino por destino. Diseñé ‘Valhalla Wheel’ porque los casinos olvidan el mito. Ellos venden ruido. Yo vendo significado.